El FIT lamenta profundamente el fallecimiento de nuestra ex copresidenta, Tuisina Ymania Brown. Ymania fue colega, amiga y una incansable activista comunitaria. Orgullosa fa’afafine, mujer trans de Samoa, fue una dedicada madre soltera de dos hijos y abuela. Fue una fuerza increíble de los movimientos LGBTI a nivel global y una defensora de la justicia transfeminista, que trabajó en la intersección del activismo trans, indígena, espiritual, por la justicia climática y los derechos humanos. Ymania fue profundamente querida por incontables amistades y colegas, quienes encontraron inspiración en su valentía, su pasión y su firme compromiso con decir la verdad.

Las diversas experiencias de vida de Ymania alimentaron su activismo. Tras dos décadas ejerciendo la abogacía corporativa en Australia, cambió de rumbo y usó su experiencia para convertirse en una defensora global de los derechos humanos. Durante los siguientes veinte años, lideró ONG internacionales y promovió el trabajo en derechos LGBTIQ, justicia indígena, diálogo interreligioso, protección ambiental y equidad económica. Ymania fue fundamental en campañas que instaban al gobierno de Samoa a reconocer la adopción por parte de personas LGBT y a derogar las leyes que criminalizan la “imitación de una mujer”. También defendió el empoderamiento económico y presionó a Australia para que incluyera los derechos LGBT como parte central de su política exterior. Como sobreviviente de violencia de género y violencia anti-trans, de abusos y de perfilamiento racial, Ymania transformó sus propias experiencias en un poderoso activismo, aportando urgencia y autenticidad a cada espacio en el que participaba.

Al momento de su fallecimiento, Ymania se desempeñaba como directora ejecutiva de TGEU y copresidenta de InterPride. También fue copresidenta del FIT, copresidenta general de ILGA Mundo, integrante del consejo asesor de Astraea, copresidenta de la Red Global Interreligiosa sobre SOGI, y asesora de World Pride Copenhague en 2021.

Ymania estaba profundamente enraizada en su identidad como mujer indígena samoana, sirviendo como matai en cuatro distritos. Llevó este arraigo a su visión de un movimiento trans global descentralizado, construido sobre la solidaridad interseccional y el poder colectivo. El FIT está profundamente agradecido por su presencia, su liderazgo y su inquebrantable compromiso de hacer del mundo un lugar más seguro, más libre y más justo para las personas trans y todas aquellas que enfrentan opresión. Su pérdida se siente en los movimientos y en los continentes, pero al unirse a nuestro panteón de transcesoras, su legado continuará guiándonos e inspirándonos.